Después de más de 15 años juntos, ¡mi esposo todavía no puede entender lo que realmente hago para ganarme la vida! Pero lo que sí se da cuenta es que paso mucho tiempo en reuniones, intercambiando ideas con mis clientes. Durante nuestras sesiones de trabajo, lo que más me gusta es hacer preguntas, hacer entrevistas y, luego, sumergirme en el meollo de analizar, organizar y comparar la información.
Soy consultor de marca y estratega. Ayudo a las empresas a abordar los problemas reales y los puntos débiles a los que se enfrentan sus clientes, para que puedan destacar entre la multitud y fidelizar a los clientes. Verás, en el vertiginoso y competitivo mundo empresarial actual, las marcas siempre buscan nuevas formas de mantenerse a la moda y conectarse realmente con su público objetivo.
El pensamiento lateral es una forma creativa de resolver problemas. Se trata de darle la vuelta al guion a los enfoques e ideas habituales y de animar a la gente a pensar de forma innovadora. Es muy importante porque nos permite encontrar nuevas soluciones y replantearnos nuestros planes de juego en esta vertiginosa jungla empresarial.
Por eso, en mi trabajo, busco desafiar las suposiciones y derribar las barreras mentales, para ayudar a mis clientes a ver los desafíos de su marca desde una nueva perspectiva. Esto abre un mundo de oportunidades y descubre un potencial oculto para ellos que, de otro modo, podría haber permanecido sin explotar.
En Salto somos un equipo de consultores creativos dedicados a impulsar el crecimiento empresarial a través de la marca y la comunicación estratégicas, y nuestros clientes buscan en nosotros ideas innovadoras y nuevas perspectivas. El pensamiento lateral nos permite escapar de los límites de los patrones de pensamiento convencionales y explorar territorios inexplorados.
Por ejemplo, cuando entrevisto a una persona financiera y le pregunto qué es lo que la marca evoca en su opinión. Casi siempre escucho respuestas como «calidad», «ingresos», «eficiencia»... porque lo ven desde el prisma de su departamento. Así que tengo que insistir con suavidad y encontrar otro tipo de preguntas: «¿si la marca fuera una persona? ¿Un color?...» para que encuentren las palabras para describir una marca y no un producto o una empresa.
El panorama empresarial cambia constantemente y pueden surgir desafíos imprevistos en cualquier momento. El pensamiento lateral capacita a los consultores de marca para adaptarse rápidamente y sortear la incertidumbre. Al alentar a los clientes a explorar escenarios y posibilidades alternativos, los ayudamos a ser más ágiles y a responder mejor a las cambiantes dinámicas del mercado.
Trabajamos para una empresa de telecomunicaciones que quería promover su nueva tecnología 5G para competir mejor en su mercado, pero al hablar con los diferentes directores y observar que todas las empresas competían por la mejor «g» del mercado, identificamos una gran necesidad de rejuvenecer la marca y conectar con un nuevo público más joven, lo que llevó a uno de nuestros principales proyectos de cambio de marca en Venezuela: Digitel.
Una de las contribuciones más importantes que podemos hacer es formular las preguntas correctas. A menudo, nuestros clientes acuden a nosotros con un problema aparentemente claramente definido, por ejemplo, «estamos entrando en un nuevo mercado, necesitamos asegurarnos de que nos diferenciamos de nuestros competidores y de que tenemos mensajes claros y atractivos para generar clientes potenciales», o «estamos perdiendo cuota de mercado, necesitamos revisar nuestros procesos de marketing y su eficacia», pero es crucial profundizar y descubrir los problemas subyacentes. Al hacer preguntas que invitan a la reflexión y que desafían el status quo, logramos revelar información valiosa que conduce a soluciones efectivas, pensando más allá de las soluciones inmediatas y centrándonos en la creación de valor duradero.
Recuerdo este gran artículo de la Harvard Business Review escrito por Thomas Wedell-Wedellsborg, en el que hablaba del «problema del ascensor lento»...:»Imagínese esto: usted es el propietario de un edificio de oficinas y sus inquilinos se quejan del ascensor. Es viejo y lento, y tienen que esperar mucho. Varios inquilinos amenazan con anular sus contratos de arrendamiento si no solucionas el problema.»
Surgió la pregunta obvia y, por lo tanto, las soluciones:
Pero si replanteas el problema pensando lateralmente, puedes encontrar soluciones mucho más eficientes y rentables que incluso tengan un beneficio emocional para los usuarios, o puedes resolver un problema subyacente y más profundo que tendrá un resultado más interesante para la marca y la empresa:»Pon espejos al lado del ascensor. Esta sencilla medida ha demostrado ser extraordinariamente eficaz a la hora de reducir las quejas, ya que las personas tienden a perder la noción del tiempo cuando se les presenta algo absolutamente fascinante, es decir, a sí mismas.»
En torno a nuestro programa ScaleX, a partir de nuestra larga experiencia en diferentes industrias, geografías y casos comerciales, hemos desarrollado tácticas clave que nos permiten absorber el conocimiento y la perspectiva del cliente y nos dejan espacio para explorar nuevas formas de pensar o enmarcar un problema específico. Estas son mis favoritas:
A medida que el panorama empresarial siga evolucionando rápidamente, la capacidad de pensar de forma creativa y desafiar la sabiduría convencional será la fuerza impulsora del éxito de las empresas. Adopte el pensamiento lateral y observe cómo esta capacidad de enmarcar los problemas correctos puede convertirse en un catalizador para el crecimiento y la prosperidad en un mercado en constante cambio.